¿Qué pasa en tu cuerpo cuando te estresas (y cómo una pausa de 60 segundos lo revierte)?
4 ene 2025
Estrés. Esa palabra que escuchamos a diario, pero que pocas veces nos detenemos a entender qué significa realmente para nuestro cuerpo. No es solo “estar nervioso” o “tener un mal día”. Cuando te estresas, tu cuerpo se transforma, literalmente.
Pero aquí viene la mejor parte: puedes revertir gran parte de ese proceso en solo 60 segundos. Sí, un minuto.
El cóctel químico del estrés
Cuando percibes una amenaza (real o imaginaria), tu cerebro lanza una señal de alarma. La glándula pituitaria activa las glándulas suprarrenales y ellas liberan un cóctel de hormonas: adrenalina y cortisol.
La adrenalina acelera tu corazón, sube la presión arterial y te prepara para luchar o huir.
El cortisol mantiene el cuerpo alerta, liberando energía extra para que sobrevivas.
Este mecanismo es útil si te persigue un león. Pero si lo que tienes es un email sin responder… no tanto.
¿Qué pasa si este estado se mantiene?
El cuerpo no fue diseñado para estar en modo supervivencia todo el día. Cuando el estrés es constante:
Se altera tu digestión.
Tus músculos se tensan (¿dolor de cuello, hombros?)
Tu sistema inmune se debilita.
Tu mente va a mil por hora, pero se nubla.
Pequeñas pausas pueden cortar este ciclo.
¿Cómo funciona una pausa de 60 segundos?
Cuando paras un minuto y respiras conscientemente, sucede algo casi mágico (pero muy científico):
Activas el nervio vago, que regula la respuesta de relajación del cuerpo.
Se reduce el ritmo cardíaco y la presión arterial.
Disminuyen los niveles de cortisol.
Tu cerebro pasa de las zonas de alerta (amígdala) a las de reflexión (corteza prefrontal).
En otras palabras: dejas de sobrevivir y empiezas a vivir.
¿Cómo hacer tu pausa de 60 segundos?
Deja lo que estás haciendo.
Cierra los ojos (si puedes).
Inhala profundamente por la nariz contando hasta 4, mantén el aire 4 segundos, exhala por la boca contando 4.
Repite unas 5 veces.
Nota si algo cambia.
Esto es un reseteo express para tu cuerpo y mente. Un gesto mínimo, pero que tu sistema nervioso agradece como si le hubieras dado vacaciones.
No hace falta huir al Caribe para relajarte. A veces, un minuto es suficiente.